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HECHOS

1º. El 19 de agosto de 1993 Don J.M.R.R., mayor de edad y vecino de Algeciras, compareció ante el Cónsul Encargado del Registro Civil de Casablanca solicitando la inscripción de su matrimonio coránico-civil celebrado en Sidi Bennour con la súbdita marroqui­ Z.B. El Cónsul Encargado del Registro Civil de Casablanca, por medio de un escrito, comunicó al recurrente que siendo él el promotor y no estando domiciliado en la demarcación consular, debía, en cumplimiento del art. 68 del Reglamento del Registro Civil solicitar la inscripción en el Registro Civil Central, poniendo en su conocimiento que si su esposa pretendiese la inscripción entonces si­ seri­a competente el Consulado General de España en Casablanca.

2º. El promotor remitió a esta Dirección General un escrito en el que manifestaba que promovía recurso contra la decisión del Cónsul de Casablanca de no acceder a la inscripción de su matrimonio alegando que la actitud del Cónsul lesionaba sus derechos y los de su esposa al no poder obtener un visado de reagrupación familiar. Consideraba que el escrito del Cónsul carecía de rigor jurídico ya que la solicitud de inscripción la presentó acompañado de su esposa residente en el lugar de celebración del matrimonio. Añadía como fundamentos de derecho; que la Resolución de la Dirección General de los Registros y del Notariado de 25 de noviembre de 1978 establecía que los matrimonios celebrados de acuerdo con la lex loci debían entenderse incluidos en el texto del art. 73 de la Ley del Registro Civil, en relación con el principio del locus regit actum y estatuto personal, arts. 9 y 11 del Código civil; que el art. 16 de la Ley del Registro Civil en relación con el 15 de la misma establece que los matrimonios se inscribirán en el Registro Municipal o Consular donde acaecen; que la Resolución de la DGRN de 23 de febrero de 1985 establecía que un matrimonio coránico podía transcribirse en un Registro Civil Consular con la simple certificación expedida por la autoridad religiosa en relación con el art. 97 del RRC; citaba por último la comunicación de este Centro Directivo de 18 de febrero de 1992 que, en relación con los arts. 68, 95 y 342 del RRC, en su apartado 2º decía "que si en el momento de la solicitud uno o ambos cónyuges tiene su domicilio en la demarcación consular" puede ser el promotor del asiento. Aportaba como documentos justificativos de su pretensión: hoja declarativa de datos para la inscripción en la que el declarante es exclusivamente el esposo y consta su firma, junto a ella hay otra ilegible; certificación de matrimonio de Don J.M.R.R. y Doña Z.B., expedida por autoridades del Reino de Marruecos; certificación literal de nacimiento del promotor expedida por el Registro Civil de Algeciras; certificación de nacimiento y de residencia de Dª Z.B. expedidas por autoridades marroquíes; certificación de empadronamiento del promotor expedida por el ayuntamiento de Algeciras; fotocopias del certificado de capacidad matrimonial expedido por el Consulado General de España en Casablanca y de los pasaportes del promotor y su esposa; y por último el escrito del Consulado General de España en Casablanca que dio lugar a este recurso.

3º. Esta Dirección General, conforme a lo dispuesto en el art. 358. IV del Reglamento del Registro Civil, acordó remitir el escrito al Cónsul Encargado del Registro Civil de Casablanca, a fin de que se notificara la interposición del recurso al Ministerio Fiscal, siguiendo las demás actuaciones que marca la ley.

4º. Recibido el escrito, el Canciller del Consulado en funciones de Ministerio Fiscal emitió el preceptivo informe, considerando correcta la calificación del Cónsul, toda vez que como establece el art. 68 del Reglamento del Registro Civil "cuando sea competente un Registro Consular, si el promotor está domiciliado en España deberá practicarse antes la inscripción del matrimonio en el Registro Civil Central y después, por traslado, en el consular correspondiente" y como ha quedado acreditado, el promotor teni­a su domicilio en España en el momento de formular su petición. Añadía que la aplicación al caso del art. 68 del Reglamento del Registro Civil realizada por el Cónsul General de España en Casablanca estaba en consonancia con lo dispuesto en la comunicación de la Dirección General de los Registros y del Notariado de 18 de febrero de 1992. El Cónsul Encargado del Registro Civil de Casablanca unió el escrito del Ministerio Fiscal al expediente y junto con las demás actuaciones las remitió a este Centro Directivo para su resolución.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

I. Vistos los artículos 16 de la Ley del Registro Civil, 68 y 95 del Reglamento del Registro Civil y las Resoluciones de 30 de enero y 11 de diciembre de 1989, 6 y 7 de febrero de 1990, 7 de febrero, 17 de abril y 16 de julio de 1991 y 16 de febrero y 30 de abril de 1992.

II. La única cuestión debatida respecto del presente matrimonio, celebrado en el extranjero entre un español y una extranjera, hace referencia a si la competencia para extender la inscripción corresponde al Registro Consular o al Central.

III. Como excepción al principio contenido en el apartado 1 del art. 16 de la Ley del Registro Civil, en el sentido de que el matrimonio acaecido en el extranjero ha de inscribirse en el Registro Consular del lugar de celebración, el art. 68 del Reglamento, en su párrafo 2º, establece la matización de que “cuando sea competente un Registro Consular, si el promotor estuviese domiciliado en España, deberá practicarse antes la inscripción en el Registro Central y después, por traslado, en el Consular correspondiente“.

IV. No hay duda de que el contrayente en el momento en que solicita la inscripción del matrimonio teni­a su domicilio en España, por lo que es correcta la decisión del Cónsul Encargado de declararse incompetente, al tiempo que indica a aquel que si la promotora fuera su esposa, residente en Marruecos, la competencia correspondería al Registro Consular. Por esto no puede prosperar el recurso presentado por el contrayente, el cual, en lugar de utilizar la vi­a indicada -que todavía sigue abierta si es que su esposa sigue residiendo en el extranjero- se limita a formular observaciones sobre su caso particular y sobre las dificultades, ajenas a la competencia de este Centro Directivo, que tiene su esposa para obtener el visado de entrada en territorio español. No consta, por otra parte, que la esposa haya solicitado formalmente en algún momento del Registro Consular la inscripción del matrimonio.

Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar la calificación recurrida.